Perleche, queilosis, estomatitis, boqueras, son otras denominaciones con las que se conoce a la queilitis angular. Las comisuras de los labios presentan lesiones inflamatorias. Las grietas verticales a nivel de la piel pueden profundizarse y provocar ulceraciones, llagas, sangrados, infecciones, descamaciones, costras. Con ello, sobrevendrán las dificultades para hablar, para sonreír, para ingerir los alimentos y las bebidas. La queilitis angular no discrimina. Puede afectar tanto a los bebés como a los niños, a los adultos o a los ancianos. A menudo las causas derivan de una mala alimentación, carente de los nutrientes esenciales para el organismo. También las deficiencias nutricionales pueden deberse a la incapacidad orgánica para absorber los nutrientes, como sucede con la enfermedad celíaca. O las causas pueden provenir de estímulos que afectan una piel hipersensible, como ciertas alergias. O se puede producir por ciertos medicamentos. O incluso por prótesis dentarias mal ajustadas. Y la queilitis puede agravarse en una persona que padece micosis como la Cándida albicans. Lo cierto es que la boca es una zona húmeda, condición que dificulta la cura e incluso aumenta las manifestaciones nocivas en la piel y en la membrana que tapiza la cavidad interior de la boca. La humedad constante podrá ser caldo de cultivo para hongos y bacterias. Como muchas afecciones, la queilitis angular suele tener su origen en una mala alimentación. La hipovitaminosis o escasa provisión de vitamina A está considerada como posible desencadenante de la afección. Asimismo, es atribuible a la falta de minerales como el zinc, el hierro y la riboflavina (vitamina B2). Una vez que la queilitis angular está en proceso, la falta de nutrientes se agudiza. Sucede que a medida que la dolencia evoluciona se hace cada vez más difícil la ingesta de alimentos y la hidratación. Recordemos que beber suficiente cantidad de agua es esencial para el organismo. Hay otros factores que pueden contribuir a agravar el cuadro. Tanto una elevada humedad ambiente como el frío extremo son enemigos de la queilitis. Algo tan sencillo como el gesto de morderse y mojarse los labios no harán más que empeorar la afección. Lo que en principio puede traer alivio, muy pronto hará que los hongos y las bacterias proliferen y hagan estragos. La saliva es imprescindible en la cavidad de la boca, condición que dificulta controlar la situación. Aunque parezca una tontería, ayudar a combatir la queilitis angular puede comenzar, entre otras acciones, con no mojarse a cada rato los labios con la lengua. Hay dos segmentos de la población que son los más afectados por queilitis angular: los niños y los ancianos. Quizás por distintas causas, tantos unos como otros deben extremar los cuidados y atender a la queilitis angular ni bien presenta los primeros signos. Se suele recomendar la aplicación de una crema antiséptica local. Aunque ello no exime de la reaparición de la dolencia. Hay que abordar las causas subyacentes y encarar un tratamiento integral, que ofrezca resultados satisfactorios y definitivos. ¿Qué podemos hacer YA mismo? Hoy existe un novedoso tratamiento, totalmente natural y muy simple, con el que se puede eliminar la queilitis angular o boqueras en tan solo 7 días (o menos). Este revolucionario sistema ataca la verdadera causa de la enfermedad y no solo los síntomas, asegurando resultados a largo plazo. Si usted desea eliminar para siempre esas grietas dolorosas y la vergüenza que causa esta afección, puede conocer este método de resultados comprobados haciendo clic en el siguiente enlace:
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